La Scottish es el nombre por el que se define la cerveza elaborada en Escocia. 

Es una de las cuatro clásicas, opacas, oscuras cervezas originadas en las islas Británicas. Las otras 3: Stout, Porter y Brown Ale. 

 

Quizás la más definida de las características que diferencian a las cervezas de Escocia de otras oscuras es su sabor limpio y fresco.

 

Antiguamente, en Escocia era imposible cultivar lúpulo que estuviese en buenas condiciones; la necesidad de importar lúpulo produjo una cerveza en que la malta era predominante, y el clima frío de Escocia una fermentación más limpia. 

 

Es una cerveza dulce de buen cuerpo, color rubí, profundamente malteada en sus olores y sabores, con dejos de frutas. Algunas pueden tener un sabor ligeramente ahumado.